Estos días me está costando un montón digerir la mayoría de las noticias que leo sobre la supuesta responsabilidad social de las grandes marcas de moda con respecto al Covid-19. Y es que aunque hay titulares súperbonitos, emotivos y, también –no vamos a negarlo- preciosos para atraer a los medios, como el hecho de que Inditex, Mango o H&M están dedicándose a producir mascarillas y material textil sanitario o que ponen al servicio del Gobierno sus centros logísticos, lo primero que vi con la crisis sanitarias fue como estás empresas se acogían de manera rauda y veloz a la posibilidad de realizar ertes millonarios (véase aquí, aquí y aquí) .
Y a mí–lo siento-, no me cabe en la cabeza que empresas que facturan lo que facturan estos gigantes de la moda no puedan asumir durante un par de meses (o tres o cuatro) los sueldos de sus trabajadores. Cierto es que no soy economista, y supongo que sus motivos tendrán, pero entonces sería muy importante que lo explicaran de una manera muy clara y detallada para que se entienda no sólo en las juntas de accionistas, si no entre el conjunto de la sociedad, y es que estos ertes –no o olvidéis- los vamos a pagar entre todos y todas durante mucho tiempo.
Otra noticia que me ha sorprendido estos días –y solo a modo de ejemplo de las muchas que he leído en este sentido- es la maravillosa acogida mediática y social de la decisión de H&M de pagar a los proveedores que habían realizado encargos para la cadena, aunque ésta no les podrá dar salida. ¡Faltaría más! Podría llegar a entender que una pequeña empresa dejara de pagar a un proveedor a quien hubiera hecho un encargo (siempre y cuando este último aún no lo hubiera empezado a producir), pero cuando hablamos de empresas de tal magnitud, creo que su política de responsabilidad social debería pasar sí o sí por hacer frente a situaciones como éstas y, casi igual de importante, evitar hacer una nota de prensa para comunicarlo.
Trabajadores de Inditex y Mango en Myanmar denuncian despidos de sindicados aprovechando la crisis sanitaria
Aunque ya sé que no soy nada, desde esta pequeña tribuna que me da soGOODsoCUTE pido por favor a empresarios, políticos y accionistas que por favor aprovechemos este momento para repensar los modelos de negocio y sobre qué cimientos queremos que se sustente este mundo. Todos y todas tenemos derecho a hacer dinero y enriquecernos, claro que sí, y también entiendo que nada es blanco y negro (y por ello es tan importante comunicar bien las decisiones que se toman), pero ya está bien de tratar a los trabajadores como un objeto que se puede abandonar cuando ya no interesa y de vanagloriarse cuando no se hace. ¿Qué no os dais cuenta que no podemos continuar construyendo sobre unos cimientos tan egoístas y poco éticos?
Solo por poner un ejemplo, dejar a la deriva a todas estas fábricas de países en desarrollo supondrá que, cuando queráis volver a fabricar, quizás ya no podréis hacerlo donde siempre porque, como indica la unión de trabajadores IndutriaALL, esas empresas habrán desaparecido. ¿De verdad que sale más a cuenta volver a construir una cadena de proveedores que cuidar a los que ya tenéis?
Mientras lo pensáis –si es que queréis hacerlo- estoy convencida que cada vez serán más los consumidores y consumidoras con capacidad económica de elegir, los que no olvidarán. Y que tras esta crisis, cuando puedan salir a comprar de nuevo, recordarán que donar mascarillas es una práctica muy loable, pero insuficiente cuando vienen de empresas que están facturando miles de millones. De ellas también esperamos responsabilidad con las personas y con aquello que no sale en la foto.
Yo, lo tengo clarísimo. Lo primero que haré será darme una vuelta por Greenlifestyle, la primera tienda de moda sostenible de todo el Estado español. Si leéis el post que Carol, su alma mater, ha publicado Instagram en relación a lo que está suponiendo esta pandemia para negocios como el suyo, seguro haréis lo mismo.
Imagen de portada: Primeras «mascarillas de diseño» que la firma Damur presentó sobre la pasaralea de la Semana de la Moda de Berlín el 16 de enero de 2020 como parte de su colección FW20/21.
Interesante reflexión Sònia.
Situaciones como la que estamos viviendo hace que salga lo mejor de muchos volcandose de modo altruista para el bien común. Que se impliquen las empresas grandes es muy necesario. Esa responsabilidad social RSC debería ser la bandera. He podido saber de alguna marca que se hace la foto para las redes con la promesa de la fabricación de máscarillas o batas pero se queda solo en la muestra para la foto y hacen una falsa publicidad. Es lamentable ver esa poca ética. La poca ética es un cáncer social.
Espero que tu voz consigas que las empresas que puedan, muestren su grandeza y solidez, reflexionen y mantengan los salarios. Yo, entonces, les compraré a la vuelta.