Creadora y editora de So Good So Cute Magazine y…
La crisis sanitaria del coronavirus ha reforzado un nuevo hábito: el de realizar compras online. Solo durante el periodo de confinamiento estricto las compras online en España se incrementaron en un 50%. Y aunque hay estudios que aseguran que la compra online es más sostenible que la que se realiza en tienda física, éste dato parece no ser del todo cierto.
Para saber más sobre el impacto económico, ambiental y social que genera el e-commerce, hemos hablado con May López, experta en movilidad y sostenibilidad y directora de desarrollo de negocio de Empresas por la Movilidad Sostenible, un foro que agrupa a todas organizaciones referentes que apuestan por impulsar una movilidad sostenible y coordinadores de los Premios Nacionales de Movilidad.
Para saber más
May López
May López es también profesora de RSC, Logística y Sostenibilidad en distintas escuelas de negocio como OBS Business School, EAE Business School y Loyola Másters. Con más de 20 años de experiencia en sostenibilidad en el sector de Logística y Transporte, es asesora en distintas organizaciones y desde 2018 forma parte del grupo de expertos de la Comisión Europea.
– May, leemos en el informe “¿Es el e-commerce bueno para Europa?’ que la venta por e-commerce es más sostenible que la venta en tienda física. ¿Es ese dato cierto?
Quizás debemos de partir de que el estudio está financiado por Amazon, uno de los seis marketplace que en el 2019 controlaban dos tercios del comercio electrónico a nivel mundial. Cuota de mercado que seguro incluso se ha incrementado durante este último año y medio por efecto de la pandemia.
Que además de utilizar datos que no están verificados, como el propio informe indica, no incluye los impactos claves que diferencian al comercio electrónico frente al comercio tradicional y que han sido promovidos, incluso en algunos casos creados, por estos marketplace, como es la superurgencia, el neuromarketing, la entrega domiciliaria y el incremento de las devoluciones, entre otros.
Por todo ello creo que no debemos de considerar este estudio como nada más que una acción de marketing, incluso de greenwashing.
“En los países que se ha implementa el modelo Amazon, baja el sueldo medio del país”.
La buena noticia es que lo han tenido que hacer porque cada vez son más los países (como Francia), las organizaciones y los consumidores y consumidoras que rechazan las compras a través de estos marketplace y que son conscientes del impacto negativo que suponen a nivel ambiental, social y económico.
De hecho, y acudiendo al título del informe, son varias las denuncias que Amazon ha recibido por parte de la Comisión Europea por prácticas anticompetitivas, como el uso de los datos de sus clientes; por evasión fiscal o por prácticas abusivas a sus trabajadores.
Está claro que el e-commerce ha llegado para quedarse y que en muchos casos ha sido la salvación para muchos negocios, pero tenemos que empezar a reconocer a las organizaciones que sí lo están haciendo bien, penalizar a las que no y hacer que el e-commerce sea sostenible.
– ¿Cuáles son los principales problemas ambientales que supone comprar (y vender) en uno de estos mega marketplace?
Solo hace falta observar el circuito de una entrega de una venta online, y más teniendo en cuenta los hábitos que precisamente han fomentado, como la entrega inmediata o la devolución gratuita. Todo ello supone la no optimización de la carga de los vehículos, circuitos de entrega no planificados, un incremento enorme de vehículos circulando. Eso por no hablar de que entre el 15 y 20% de las entregas domiciliarias no son exitosas a la primera.
«En un centro de Amazon en UK se destruyen semanalmente 124.000 productos, la mayoría de ellos productos nuevos».
Además, tenemos que tener en cuenta los nuevos hábitos de consumo que han generado a través del neuromarketing: “Me lo compro sabiendo que lo voy a devolver”. Ello hace que se genere un sobreconsumo de recursos naturales y que las devoluciones se tripliquen incluso cuadrupliquen para compras online frente a la compra en tienda física. Devoluciones que tienen también un alto impacto por los vehículos en las ciudades que las transportan y también por los residuos que generan, ya que muchas devoluciones se transforman en productos que se envían al vertedero sin que nadie los haya usado. Para hacernos una idea de este efecto, podemos tomar como referencia que solo en un centro de Amazon en UK se destruyen semanalmente 124.000 productos, la mayoría de ellos productos nuevos, y que esta es una práctica que se repite en el resto de sus centros y todas las semanas del año.
“Si compras barato, cobrarás barato”.
– Y a nivel social y económico, ¿qué problemas supone el modelo de Amazon?
La vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, reiteraba hace unas semanas que el tax ruling emitido por Luxemburgo a Amazon permitió que tres cuartos de los beneficios de todas sus ventas no pagaran impuestos. Por otro lado, mientras que no se aplique la tasa Google y esta se equipare al de el resto de negocios, ni compiten en igualdad de condiciones ni contribuyen al desarrollo económico del país donde operan.
Para saber más
¿Qué es la tasa Google?
La tasa Google es el impuesto a los gigantes de la economía digital que, por las peculiares características de su negocio, suelen eludir tributar en los países donde tienen decenas de millones de clientes y ganan mucho dinero.
«Los marketplace que dominan el e-commerce no paga ni el 1% de impuestos allí donde operan».
Un marketplace como Amazon no paga ni el 1% de impuestos allí donde opera, con lo que ya de entrada utilizar una plataforma como éstas es empobrecer el país. Es dinero que no regresa. Y eso acaba suponiendo que seamos nosotros los que tengamos que pagar más impuestos para educación, sanidad, carreteras, etc. Es lo que ya se ha bautizado como el “efecto Amazon” y que significa que por primera vez en la historia a más consumo en el país, más empobrecimiento de éste. Hay incluso un estudio del profesor asociado de la Escuela de Negocios de Harvad, Alberto Cavallo, que evidencia que en los países que se ha implementa el modelo Amazon, baja el sueldo medio del país. Hay una frase que resume todo esto “Si compras barato, cobrarás barato”.
Para saber más:
«Por primera vez en la historia, a más consumo en el país, más empobrecimiento de éste».
– ¿Y por qué entonces seguimos compramos en Amazon?
Compramos en Amazon (o en alguno de los seis marketplace que dominan el 60% del comercio electrónico mundial) porque gracias al manejo de datos que tienen, los buscadores siempre nos muestran sus resultados primero, y a mejor precio. También porque nos han mal acostumbrado a que los envíos y las devoluciones son gratis (aunque ya sabemos que nos está costando mucho tanto económicamente como ambientalmente), y porque nos dan comodidad, pero tenemos que pensar que esa comodidad genera muchos impactos negativos directos e indirectamente.
Por poner un ejemplo, solo campañas que han creado como el Black Friday, hacen que la flota de distribución en las ciudades se duplique e incluso triplique, con el impacto en la calidad del aire, incluso en la calidad de vida que eso supone. Y todo, ¿para qué? No aporta ningún valor que todo el mundo esté comprando al mismo tiempo para que nos nos entreguen todo en el mismo momento. Y más, cuando la OCU ya ha demostrado que las ofertas que se anuncian muchas veces no son tales.
«Nos ha generado la superurgencia».
Pero las cosas están cambiando. Las encuestas muestran que la mayoría de los consumidores aseguramos querer comprar aplicando criterios de sostenibilidad. El problema es no nos paramos a pensar si estas organizaciones realmente lo son. Tenemos que ser conscientes que con nuestra decisión de compra podemos premiar a las organizaciones que lo hacen bien y penalizar a las organizaciones que no tienen un comportamiento ético, de buen gobierno, ni transparencia, porque estas no se pueden considerar sostenibles. Y esta será la forma de que cambiemos el mundo.
– ¿Algún truco para ayudarnos a cambiar esta inercia?
Solo se trata de hacerse unas preguntas antes de apretar el botón de “comprar”.
Primera, pregúntate si realmente lo necesitas. Muchas veces consumimos porque nos lo ponen muy fácil y es muy barato, pero realmente no lo necesitamos.
Segunda: si lo necesitas, mira a ver si en tu barrio hay alguna tienda que te lo pueda ofrecer. Sí, seguramente te costará un poquito más caro, pero ese dinero que pagas significa mucho para ti y tu entorno: trabajo para tu vecino y vecina; que sigan existiendo comercios de proximidad, mas seguridad y calidad de vida; que se paguen impuestos que repercutirán en mejoras para ti; que haya menos furgonetas circulando, menos contaminación y menos atascos, etc. ¿De verdad que no merece la pena pagar un poco más?
Tercera: si no lo puedes comprar en tu barrio o no tienes tiempo de desplazarte a la tienda, cómpralo por Internet, pero hazlo evitando estos marketplace. Hoy en día casi todos los comercios locales disponen de tiendas online. Vale, quizás no te lo podrán entregar tan rápido como Amazon, pero… ¿realmente lo necesitas de manera inmediata? En la inmensa mayoría de casos, la respuesta es no. Amazon nos ha generado la superurgencia, pero es que no tiene ningún sentido. Tener una cosa en casa a las pocas horas de pedirla significa que esa furgoneta ha venido prácticamente en exclusiva para ti, con todo el coste ambiental y social que supone. ¿De verdad el que te lleven algo en una hora merece todo esto? Creo que pronto empezaremos a tener el mismo efecto con la superurgencia que la que ahora tenemos con los plásticos de un solo uso. De hecho hay ciudades que ya se están planteando poner una tasa a modo disuasivo por los impactos negativos que genera.
“La principal recomendación para los e-commerce es que hagan pensar al consumidor”.
Cuarta: si compras online, prioriza las entregas en los puntos de conveniencia en lugar de en tu casa, ya que reducen de media un 20% las emisiones de CO2. Eligiendo esta opción evitarás que una furgoneta esté dando vueltas todo el día, ya que solo tendrá que ir a un punto para dejar muchos paquetes a la vez y, además, generarás empleo local, ya que muchas ocasiones estos puntos son comercios locales que se encuentran a menos de 15 minutos de tu casa. De hecho, según un estudio de Mondial Relay, mas del 60% de los clientes que usan estos puntos de conveniencia van a pie a recoger sus envíos.
Quinta: y ya, si puedes, intenta priorizar la compra en marcas que sean sostenibles de manera integral; es decir, que utilicen materiales sostenibles, reduzcan el packaging, produzcan buscando la proximidad, minimicen el impacto de sus envíos, promuevan el bienestar de su equipo, tengan un comportamiento ético, etc.
Y una cosa más: por favor, vigila con las devoluciones. Aunque te digan que son gratis, tenemos que ser conscientes de que tienen un coste tremendo. Y sobre todo cuando se compra en grandes marketplaces, ya que les sale más a cuenta tirar esos productos y llevarlos a incinerar aun siendo nuevos en muchos casos, que reincorporarlos al mercado.
– Todo esto que comentas tiene mucho sentido, pero los pequeños negocios siguen estando en mucha desventaja, ¿cierto?
Sí, y por ello precisamente nace el movimiento EntregaSostenible.org. Se trata de uno de los proyectos del foro de Empresas por la Movilidad Sostenible que presentamos en el CONAMA como iniciativa dentro de la European Green Week y que tiene como objetivo reconocer y dar herramientas y difusión a los comercios electrónicos que lo están haciendo bien.
«EntregaSostenible.org. tiene como objetivo reconocer y dar herramientas y difusión a los comercios electrónicos que lo están haciendo bien».
– ¿Cómo les ayudáis?
Estamos creando herramientas y recursos que les ayudan a preparar su entrega online de manera competitiva y a la vez sostenible. Estamos empezando con el sector de la moda, junto a Slow fashion Next, pero el objetivo es sumar a todos los sectores.
– ¿Y cuál es la principal recomendación para los e-commerce?
Que hagan pensar al consumidor. No podemos pedirles que no den a sus clientes las mismas opciones que ofrecen los grandes marketplaces, ya que les restaríamos oportunidades de venta, pero sí les invitamos a que expliquen el impacto ambiental, social y económico que supone elegir una forma de entrega u otra. Estamos convencidas que la mayoría de consumidoras y consumidores apostaran siempre por las opciones más sostenibles en cuanto sean conscientes de los impactos. Los consumidores quieren crear valor positivo con su decisión de compra y tenemos que darles la oportunidad de poner en valor su compromiso con la sostenibilidad, diferenciarse y generar impactos positivos acudiendo a ecommerce sostenibles.
– ¿Qué tiene que hacer un e-commerce que quiera sumarse a Entrega Sostenible?
Firmar el manifiesto que hemos colgado en la web y darnos muestras que lo cumplen. A partir de ahí, les invitamos a utilizar el logo para dar visibilidad al movimiento y facilitar al consumidor y consumidora la decisión de compra, ya que cuando vea ese logo sabrá que en ese e-commerce las entregas son sostenibles.
Para saber más:
Semana Europea de la Movilidad
Del 16 al 22 de septiembre tiene lugar, desde 1999, la Semana Europea de la Movilidad. La iniciativa tiene como objetivo concienciar a ciudadanía y entorno político sobre la importancia de minimizar el uso del coche y priorizar el transporte sostenible y saludable, como puedes ser el uso de la bicicleta y los desplazamientos a pie. Después de leer esta entrevista, seguro que también tendrás en cuenta la sostenibilidad de tus compras online.
+ sobre la Semana Europea de la Movilidad.
Creadora y editora de So Good So Cute Magazine y co-fundadora del Club So Good. Edirora de la sección Tendencias sostenible en La Primera Pedra de RAC 1. Periodista especializada en moda, sostenibilidad y responsabilidad social. Co-fundadora de la Asociación de Moda Sostenible de Barcelona. Primera bloguer de moda sostenible en lengua española. Desconecta pedaleando.