Editora de artículos en So Good So Cute sobre crecimiento…
Hablemos claro. La situación que estamos viviendo es muy compleja (por no decir %&!!%!). Vino de golpe, sin avisar y mes tras mes estamos llegando ya al año. Un año sin hacer planes, un año en los que hay sueños y proyectos truncados, a la espera, o disueltos. Un año con momentos muy difíciles, con mucha incertidumbre y mucho miedo.
Y hablo primero de esto porque si sientes frustración, depresión, ansiedad, agobio, agotamiento, enfado, rabia. ESTÁS EN TU DERECHO. Y lo vuelvo a repetir. Estás en tu derecho. Hay otros que lo están pasando peor, sí, seguramente, pero es importante que valides tus emociones en vez de desdeñarlas diciéndote que “siempre hay alguien que lo pasa peor y no me puedo quejar”.
Tu vida era una y ahora es otra y ese cambio trae consigo unas emociones. Escúchalas y mira a ver qué te están diciendo. Seguramente te están indicando las cosas que son importantes para ti: conectar con otras personas, abrazar, esperanzarte con planes de futuro, tener libertad para ir y venir, tener seguridad. Todo es válido. Dale el espacio y el reconocimiento que necesitan.
Una vez que lo hayas hecho, ¡vamos más allá!
Hablemos de la resiliencia. Esa palabreja que apareció en nuestras vidas hace unos pocos años y que todavía es muy nueva para muchos. La resiliencia, la capacidad de prepararse, recuperarse y adaptarse ante el estrés, el desafío o la adversidad. Un súper poder que más nos vale desarrollar porque el mundo cambia cada día más rápido y no tenemos ni idea de los desafíos que están por venir (siento ser pesimista pero es que cuando la naturaleza empiece a rebelarse de verdad nos vamos a enterar).
Y, como digo, la resiliencia se puede desarrollar, sí. Todos y todas tenemos el equipo necesario y ahora sólo es cuestión de incorporar hábitos que nos ayuden a activar esta capacidad.
«La resiliencia, la capacidad de prepararse, recuperarse y adaptarse ante el estrés, el desafío o la adversidad».
Para mí la resiliencia tiene dos patas: la gestión emocional para reponerse; y tener una mente abierta para adaptarse.
Te doy algunas claves para activar este súper poder.
1. Consejos para la gestión emocional
Haz cosas que te gusten durante el día. Para ser resilientes necesitamos sentirnos bien. ¿Verdad que cuando estás cansada te enfadas más fácilmente o tienes menos paciencia? La gestión emocional es más fácil de realizar cuando te encuentras bien y en positivo. Por lo que es importante que en tu vida haya actividades que te den esa energía positiva. Es decir, hacer cosas que te den bienestar: dar un paseo, hacer algo de ejercicio (aunque sea dentro de casa), bailar (aunque sea tu solo en el salón), quedar con algún amigo (aunque sea por Zoom), leer un buen libro… Lo que sea que disfrutes, cada persona tiene lo suyo. Esto es importante siempre pero en momentos como los que estamos viviendo es algo fundamental. Pon en tu agenda estas actividades y hazlas, sin pensar demasiado, que si no te vienes abajo, ¡hazlas! Agradecerás como te sientes luego ;).
Incide en las emociones. Pasar de emociones que nos drenan a emociones que nos regeneran. Me gusta este cuadro que usa el HeartMath Institute:
La emoción drenante te está dando un mensaje, no lo ignores, recoge el mensaje, y ahora, la propuesta es que cambies tu estado emocional a uno más regenerativo. Si es pertinente puedes usar este nuevo estado emocional para integrar en tu vida el mensaje que te dio la emoción drenante.
¡Y sí! somos capaces de cambiar nuestro estado emocional si nos lo proponemos. ¿Cómo? Siéntate, cierra los ojos, respira profundamente tres veces, siente la emoción que tienes en este momento, ahora ve a la zona del corazón, respira desde ahí y evoca la emoción a la que quieres cambiar, por ejemplo, de triste a apreciativo. Evoca y siente un momento en el que sentiste esa apreciación por algo o alguien y haz crecer la emoción dentro de ti. Quizás no consigues sentir la emoción regeneradora en un 100% pero si te mueves un poco de la drenante a la regeneradora ya es un cambio ;).
Esto es algo que puedes hacer en cualquier momento. Al principio quizás tienes que cerrar los ojos y concentrarte un poco, pero si lo vas practicando puedes incluirlo en tu día a día y hacerlo en cualquier momento: mientras estás en una reunión, en un atasco, en el autobús, en la cola del súper.
Incide en los pensamientos. Las emociones y los pensamientos van de la mano, unos influyen a otros y viceversa. Así es que lo que piensas, lo que hablas (que al final son palabras pensadas), con quien piensas, lo que escuchas de otros que piensan y hablan… todo te influye en tus emociones y en tu capacidad de ser resiliente. Rodéate de gente positiva, de noticias positivas, mira la vida desde una mirada positiva y te será más fácil mantener esa actitud con los problemas del día a día.
2. Consejos para abrir la mente
Busca alternativas. El libro de Comunicación No Violenta, de Marshall Rosenberg (muy recomendable por cierto), diferencia entre la necesidad y la estrategia que se usa para cubrir esa necesidad. Tu necesidad quizás es relacionarte con tus amigas, tu estrategia era quedar para hacer yoga y luego tomar algo. Ahora esa estrategia no es posible. ¿Qué otra estrategia puedes usar para cubrir esa necesidad? ¡Creatividad al poder! A veces nos quedamos atascados en la estrategia y al final no cubrimos la necesidad que hay detrás. Escucha la necesidad y adapta la estrategia a las opciones que tenemos en estos tiempos.
Desarrolla nuevas capacidades. Ser resilientes también significa ser flexibles y adaptarnos a los cambios. ¿Qué cosas de ti te gustaría probar? Dentro de las opciones que existen actualmente, ¿dónde te puedes expandir como persona? Quizás es el momento perfecto para darle caña a la meditación ya que hay menos actividad fuera. O para hacer el curso que llevas tiempo queriendo hacer. O para crear nuevos lazos con tu hijo pasando más tiempo con él. O para desarrollar tu lado artístico (¡yo he empezado a pintar en acuarela!). ¿Dónde hay posibilidad de crecimiento para ti? Siempre hay alguna posibilidad de crecimiento, el truco está en mirar la vida desde la posibilidad en vez que desde la carencia.
Y quiero terminar un poco como empecé… El momento no es fácil, sé compasiva contigo misma. No nos han enseñado a lidiar con estos temas. Nos sueltan al mundo sin ninguna educación emocional y hacemos lo que podemos. Algunas personas están más capacitadas por las razones que sean, otras menos. Eso sí, mi mensaje es que estas cualidades se pueden desarrollar. Quizás partes con desventaja, pero puedes coger el ritmo. Y si no puedes solo o sola, pide ayuda. Todas las personas deberíamos pasar por alguna terapia, para limpiarnos de traumas y para conocer cómo avanzar por la vida de forma más tranquila y feliz. Porque somos como El Gran Héroe Americano de la serie de los 80 que encontró el traje de superhéroe pero sin el libro de instrucciones (si tienes menos de 40 años busca en Youtube y échate unas risas 😉 ). Tenemos súper poderes pero necesitamos aprender a activarlos.
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Editora de artículos en So Good So Cute sobre crecimiento personal. Coach energética certificada en coaching, mindfulness y ThetaHealing. Usa un mix que incluye el crecimiento personal, la sabiduría del corazón y la fuerza de la energía para transformar la vida de sus clientes. Bailonga y viajera empedernida.