
De la misma manera que no tiene ningún sentido llenar nuestro cuerpo o nuestro cutis con alimentos o productos higiénicos repletos de químicos, hoy te proponemos que le eches un vistazo a la ropa que viste tu cuerpo y también tu hogar y mires cuánta fibra natural y cuánta fibra artificial hay en ella. Si te falta información, consulta este listado en el que te proponemos distintos tejidos orgánicos que aportarán mucha belleza y bienestar a tu día a día.
Lino para vestir la cama y las ventanas
Dicen que el lino es la fibra textil más antigua de la historia de la humanidad y una de las más sostenibles, ya que crece rápido y generalmente no requiere irrigación y necesita muy pocos pesticidas y fertilizantes. Y si la fibra de lino es extraída de manera tradicional (enriado al rocío e hilado húmedo) no es nada perjudicial. Además, como su gama de color natural va del marfil al gris pasando por el crudo, puede ser utilizado sin tintados. Y lo mejor, es un tejido que mejora con el tiempo. Nos encanta para vestir camas, mesas y ventanas.

Algodón orgánico, para lo más íntimo y personal
Pero que sea orgánico. Y es que aunque el algodón es una fibra totalmente natural con muchas propiedades agradables (absorbe la humedad y expulsa el calor corporal, no genera electricidad estática, es aislante y soporta altas temperaturas y muchos lavados ), si está cultivado de manera extensiva es enormemente perjudicial para el medio ambiente y para la piel que lo viste, sobre todo por el gran consumo de agua y químicos que se necesitan para producirlo de manera masiva. Además, detrás del negocio del algodón existe una importante mafia de explotación laboral que permite su bajo precio. En cambio, cuando hablamos de algodón orgánico certificado, nos aseguramos que ha sido cultivado en armonía con la naturaleza, sin agroquímicos peligrosos y sin semillas modificadas y que han sido respetados los derechos de las personas que lo producen. Nos lo pedimos para la ropa interior, las toallas y los trapos de cocina. También para vestir mesas y camas.

Cáñamo, para dar calidez al suelo
La fibra de cáñamo se produce a partir de variedades de Cannabis sativa L. Es una planta de rápido crecimiento que requiere muy poca agua y no necesita herbicidas, pesticidas, fertilizantes sintéticos o semillas transgénicas para su cultivo. Como tejido, es muy duradero, mejora con los usos y sirve tanto para verano como para invierno, ya que es altamente aislante., Eso sí, la conversión en fibra puede llevarse a cabo de manera mecánica, aunque también hay quién lo hace de manera química porque es más barato y rápido. Tenlo en cuenta. Nos lo pedimos para las alfombras.

Algas marinas y lyocell para practicar deporte
El lyoncell también es conocido como Tencel por el nombre con el que lo comercializa la empresa Lenzing, principal productora de este material. No es exactamente una fibra natural, ya que aunque se obtiene a partir de la celulosa o pulpa de la madera de árboles como el eucalipto, el roble y el abedul, se somete a un proceso de hilado con disolvente para su obtención. Por ello se habla de que es una fibra recuperada o regenerada. Aún así, se trata de un tejido muy sostenible puesto que además que el ingrediente principal (la celulosa) se obtiene de plantaciones de árboles controladas que no requieren ni riego ni pesticidas, los tejidos de lyocell son naturalmente biodegradables, su producción no genera subproductos nocivos y el óxido de amina que se utiliza como disolvente para su fabricación no es tóxico y prácticamente su totalidad es reciclada tras su uso para volverse a utilizar. Finalmente, su proceso de producción es muy corto (unas dos horas y media desde el corte de la madera hasta el cardado), lo que hace que utilice muy poca agua y energía. Nos encanta vestir con él porque, además de ser suave, ligero y muy cómodo, se arruga poco y tiene una gran capacidad de absorber la humedad, lo que permite controlar los efectos de la sudoración, mantener la piel seca y lo convierte en un tejido antibacteriano. Ideal para practicar deporte.
Alga marinas (SeaCell)
Es un tejido hecho a partir de algas marinas y de lyocell y con un proceso de producción muy parecido al de este último tejido. De tacto muy suave y también muy transpirable, una de las características más interesantes que incorpora es que se le suponen cualidades antisépticas, calmantes y antioxidantes. Para practicar yoga es lo más.

Piña para los pies
También llamado “cuero vegetal”, el tejido procedente de las hojas de piña es altamente sostenible ya que además de obtenerse a partir de la parte que se desechaba tradicionalmente de la piña, la producción de éste no implica el uso de productos químicos tóxicos y metales pesados, y el producto derivado del procesamiento es convertido en fertilizante orgánico y biogás, lo que cierra completamente el círculo. Nos lo pedimos para calzado, chaquetas y bolsos.

Lana orgánica para el sofá y para abrigarte
Adentrándonos en el reino animal, encontramos la lana. Un tejido que nos protege del frío, es hipo alergénico, es de larga duración y es totalmente biodegradable. Nos encanta para calcetines hogareños y jerséis. Y mejor, si los hemos hecho nosotras mismas. ¿Y es que sabías que tejer es una práctica muy mindfulness? Eso sí, asegurarte que la lana que entra en tu hogar es ecológica. Te estarás asegurando que las ovejas de las que se ha obtenido han sido tratadas con respeto, pasturan de manera orgánica y que toda la limpieza de la lana se ha hecho sin aditivos, blanqueadores ni disolventes.

Para saber más: certificación orgánica GOTS
Aunque un tejido natural puede haber sido obtenido de una manera respetuosa para el medio ambiente y las personas, la única manera de asegurarse de este aspecto es que le tejido cuente con una certificación que lo acredite.
Aunque hay varias, hoy en día la “norma líder” es la Norma Textil Orgánica Global (en inglés, Global Organic Textile Standard o GOTS), un estándar global que define “los requerimientos reconocidos globalmente para asegurar la condición orgánica de los productos textiles”, para lo cual contempla todo el proceso de producción, “desde la obtención de la materia prima, a través de una producción responsable con el medioambiente y el medio social, hasta el correcto etiquetado, a fin de que el producto final ofrezca al consumidor la necesaria seguridad y credibilidad”.
Aún así, desde So Good So Cute sabemos las complejidad y el coste económico que para muchas marcas supone la obtención de esta certificación, sobre todo de aquellas que están empezando. Por ello cuando una marca te ofrezca un producto realizado con un tejido de los que anteriormente te hemos listado y no encuentres la certificación correspondiente, te animamos a consultar con detalle la información de sostenibilidad que la marca comparte en su web u otros espacios de comunicación y no dudes en preguntarles si te surge cualquier duda.
https://www.global-standard.org/
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