Creadora y editora de So Good So Cute Magazine y…
La primera vez que entrevisté a Santi Mallorquí fue en 2013, pocos meses después de que se pusiera al frente de OCC (por aquel entonces Fox Fiber Colorganic). La empresa me llamó mucho la atención porque aseguraba ofrecer algodón orgánico a color, algo de lo que nunca había escuchado hablar. Hoy, 12 años después, regreso a Santa Cristina d’Aro para que Santi me cuente qué hay detrás del cambio de imagen de OCC y cómo ha evolucionado la empresa y el sector textil ecológico en todos estos años. Pero esta vez no me recibe solo, lo hace junto a Santi Ribera, el nuevo socio que se ha incorporado a la empresa hace poco más de un año y que tiene mucho qué ver con esta nueva etapa del proyecto.
– ¿Qué hay del OCC que yo conocí hace 13 años?
Los pilares del proyecto son los mismos, lo que pasa es que todo está mucho más ordenado y escalado, lo que nos ha convertido en mucho más competitivos. Desde los inicios de la empresa, hace 30 años, nos dedicamos exclusivamente al algodón orgánico, pero no por el hecho de que sea orgánico en sí, sino porque buscamos la manera de ofrecer al mercado una fibra que impacte de la mejor manera en el planeta y en las personas. Y precisamente por ello la evolución de OCC nos ha llevado a dar un paso más al frente y focalizarnos en el algodón orgánico y regenerativo. Es la evolución natural de nuestra visión.
– ¿Cuál es la diferencia entre el algodón orgánico y el algodón regenerativo?
Que un algodón sea orgánico significa que sus semillas no están modificadas genéticamente y que para su crecimiento no se utilizan pesticidas ni fertilizantes químicos. Y esto ya es muy interesante. Pero consideramos que en el momento en el que vivimos y con los conocimientos que tenemos, esto ya no es suficiente. El algodón regenerativo, además, prioriza la regeneración del suelo, los ecosistemas agrícolas y la biodiversidad utilizando prácticas que incluyen y combinan el propio cultivo orgánico con otras prácticas como la rotación de cultivos, la convivencia de cultivos o el cultivo de cobertura. Esto quiere decir que no sólo desaparece el impacto negativo que genera el cultivo intensivo de algodón convencional, si no que gracias a él, se impacta positivamente, tanto en el suelo como en las personas que lo trabajan, asegurando la riqueza de sus tierras y la diversificación de sus cultivos, ofreciéndoles alimentos y nuevas fuentes de ingresos.
– ¿Y por qué solo trabajáis con algodón? Hay más fibras naturales.
OCC nació con el objetivo de preservar el algodón orgánico color, de manera que nos hemos especializado naturalmente en esta fibra. Pero es que además, el algodón es la fibra natural más abundante en el planeta. Según Textile Exchange, representa el 81% del total de cultivos de fibras naturales y el 22% de fibras textiles. Pese a ello, solo poco más del 1,5% de algodón cultivado en el mundo es orgánico. Y orgánico y regenerativo, imagínate. Incrementar el cultivo de algodón orgánico regenerativo es clave si queremos preservar la biodiversidad. Desde OCC seguimos con nuestro propósito de aportar soluciones a la fibra natural del algodón.
«OCC nació con el objetivo de preservar el algodón orgánico color, de manera que nos hemos especializado naturalmente en esta fibra».
– Y el sector de la moda, ¿está preparado para introducir el algodón orgánico regenerativo en sus colecciones?
Sigue siendo todo un reto, pero claramente el mercado ha evolucionado mucho en los últimos 10 años, y estamos convencidos que en los próximos la transformación será todavía mayor. Las marcas que buscan ofrecer calidad y diferenciación a través de sus prendas quieren fibras naturales nobles, como el algodón. Y el poder ofrecer algodón orgánico y regenerativo es un plus para sus prendas. La ventaja del algodón de OCC, y de hecho es una de las apuestas estratégicas de esta nueva etapa de la empresa, es la diversificación en calidades y orígenes para, siempre desde lo orgánico y regenerativo, podamos adaptarnos a las diferentes necesidades del sector.
«La ventaja competitiva del algodón de OCC, es que, siempre siempre desde lo orgánico y regenerativo, podamos adaptarnos a las diferentes necesidades del sector».
– ¿Y qué opináis de todo el boom de los nuevos materiales sostenibles?
Nos parece muy necesaria toda la investigación que se realiza tanto para reciclar las materias primas ya existentes como para crear nuevas fibras y tejidos a partir de elementos de la naturaleza. Eso sí, creemos que se debe extremar la cautela porque el impacto ambiental que supone crear estos nuevos materiales a veces es desproporcionado. También, tener presente qué pasa cuando ese material llega a su fin de vida, porque a menudo reciclarlo se vuelve imposible.
– ¿De dónde procede el algodón que comercializáis en OCC?
En esta nueva etapa, además del algodón orgánico regenerativo color de Brasil (OCCRegenerative® Brazil) que procede de nuestro propio proyecto de agricultura familiar, contamos con algodón egipcio Gyza (OCCBiodynamic® Egypt), el mejor algodón del mundo, del proyecto SEKEM, pionero en métodos de la agricultura orgánica y biodinámica en Egipto; y algodón turco Aegean (OCCRegenerative® Turkey) del proyecto regenerativo de EGE ORGANICS en Esmina, Turquía. En realidad nos proveemos de su algodón certificado orgánico desde 2015, pero ahora hemos ido un paso más allá conociendo a sus agricultores y vinculados al proyecto regenerativo. Y mañana, no descartamos trabajar con otros proveedores de algodón que conecten con nuestros pilares de agricultura orgánica y regenerativa y que nos permita asegurar la trazabilidad del producto.
– Europa se está poniendo muy seria con este tema. De hecho, evidenciar la trazabilidad de su cadena de aprovisionamiento va a ser algo que exigirá a todas las marcas.
Para nosotros es impensable trabajar con una materia prima de la que no se sabe el origen. Estamos contentos de que las políticas europeas avancen en este sentido. De hecho, desde OCC ya ofrecemos un pasaporte digital de producto que permite a las marcas conocer exactamente la trazabilidad de la materia prima y acceder a las certificaciones correspondientes. Además, como estamos en contacto con los proyectos y los propios agricultores, estamos empezando a ofrecer visitas al terreno a nuestros clientes. Este otoño hicimos una prueba piloto y fue una experiencia maravillosa. Todos los responsables de compra deberían conocer las personas que hay detrás de las materias primas que adquieren. El mundo sería mucho mejor.
Pero hablando de la normativa Europea, lo que no acabamos de ver con muy buenos ojos es la excesiva burocratización. Las nuevas normativas obligarán a contar con certificaciones o costosos estudios para evidenciar todas estas buenas prácticas. Afortunadamente desde OCC ya hace años que disponemos de muchas evidencias y etiquetas ecológicas, y seguimos trabajando para incorporar las de carácter regenerativo, que son más recientes, pero el costo económico que supone esto para pequeños y medianos proyectos es enorme. Y nos duele en el alma que al final solo acabe beneficiando a las grandes empresas que, con proyectos menos humanos, contarán con sellos que al consumidor ya les parecerán suficientemente buenos, y podrán ofrecer precios más competitivos.
«Ofrecemos un pasaporte digital de producto que permite a las marcas conocer exactamente la trazabilidad de la materia prima y acceder a las certificaciones correspondientes».
– Pero jugar con igualdad de condiciones a nivel comunicativo sí os ayudará a destacar vuestro valor diferencial.
Sí, pero es algo perverso, porque la normativa nace para corregir los abusos de greenwashing de las grandes que ahora deberán retirar muchos mensajes de sostenibilidad que no se sustentan en nada, pero nos tocará a los que sí comunicábamos la verdad, a gastar mucho más dinero para demostrarlo. Y eso lo encarece todo muchísimo.
– Hablando de precio, he visto que, al revés del resto de la humanidad, vosotros los habéis bajado.
Sí, y estamos muy orgullosos de ello, porque no se trata de una acción comercial, si no el resultado de un acurado estudio de costes, aplicación de márgenes y, por supuesto, de una mejor gestión que ha sido posible gracias a la incorporación de nuevos perfiles en el equipo. Con ello, además, nos hemos propuesto derribar la creencia de que el algodón orgánico regenerativo es solo accesible a unos pocos. La bajada de precios es un claro ejemplo de la maduración de la empresa y del modelo de negocio.
«La bajada de precios de nuestros productos es un claro ejemplo de la maduración de la empresa y del modelo de negocio».
– Maduración que se materializa con la nueva imagen de OCC.
Exactamente. Se trata de una imagen mucho más madura, que responde a la evolución de la marca y que pone en valor nuestro principio del “from seed to garment” (de la semilla a la prenda) representado con el corte diagonal de la “O”. También toda la imagen clara, con colores procedentes de la naturaleza, hace referencia a nuestro compromiso de no teñir los hilos ni los tejidos.
– Es cierto. En vuestro portfolio veo que solo comercializáis el algodón en el color de origen.
Es otro de nuestros rasgos diferenciales y estamos muy orgullosos. OCC nace en realidad para vestir a personas con sensibilidad química y otros problemas dérmicos, de manera que desde el origen nunca hemos tintado nuestros hilos ni nuestros tejidos. Gracias a ello nos hemos convertido en expertos en el algodón color. Y es que a diferencia de lo que piensa mucha gente, el algodón crece con distintos colores y tonalidades. Brasil es el proyecto estrella en este sentido, y sus agricultores nos ofrecen algodón color crudo, verde y marrón. Ahora estamos jugando con las fibras para obtener nuevos tonos. Por su parte, el algodón Giza 92 que nos proporciona Egipto es de los más blancos que se puede encontrar. De esta manera, nuestro portfolio de algodón cuenta con una paleta cromática pero siempre respetando los colores de la naturaleza.
– Y en esta nueva etapa, ¿os enfocaréis solo al B2B o podremos seguir comprando producto terminado de OCC.
Seguiremos con las dos líneas, y nos gustaría que la facturación fuera del 50-50. De hecho, si vas a nuestra tienda online, verás nuestra propuesta de prendas minimalistas de líneas sencillas pero con diseño, perfectas para outfits relajados y, por supuesto, para asegurarte que vistiendo con ellos te cuidas a ti, las personas que las han hecho posibles y el planeta.
Muchas gracias Santi Mallorquí y Santi Ribera. Si me permitís la broma, los Santis del algodón orgánico regenerativo. 🙂
Creadora y editora de So Good So Cute Magazine y co-fundadora del Club So Good. Edirora de la sección Tendencias sostenible en La Primera Pedra de RAC 1. Periodista especializada en moda, sostenibilidad y responsabilidad social. Co-fundadora de la Asociación de Moda Sostenible de Barcelona. Primera bloguer de moda sostenible en lengua española. Desconecta pedaleando.